"Los caballos no vomitan y de hacerlo se mueren". Es lo que generalmente se dice:
En realidad, los caballos casi nunca vomitan, pero sí pueden vomitar.
De hacerlo, generalmente lo hacen por los ollares.
Ha habido algún caso de vómitos por la boca (el caballo puede desplazar el paladar como una deglución en el momento del reflujo y este aparece en la boca).
No es cierto que todos los caballos que vomitan se mueran, pero sí que están muy graves, porque si no se descomprime el estómago de urgencia, este se puede romper de manera súbita, lo que implica la muerte del caballo por peritonitis y shock endotóxico.
Además, si hay tantísimo reflujo como para llenar el estómago, implica que hay una enteritis u obstrucción muy importante.
El avance normal del bolo alimentario o el agua es de boca hacia ano (sentido aboral). Si el sentido es el contrario (sentido oral) es que la enteritis es muy grave, o tiene un vólvulo, una torsión o cualquier atrapamiento mecánico, que impide que el contenido siga su curso.
Es decir, el origen no tiene ni que estar en el estómago, puede ser posterior.
Pero también puede ser directamente en el propio estómago, como es el caso de una sobrecarga de grano que no avance hacia el intestino. Puede fermentar, producir gas y generar la misma rotura del estómago, antes incluso de que veamos salida de contenido por los ollares.
Recordemos que la mayor incidencia de muerte del equino es por cólicos y eso se debe a que su estómago, por ser hervíboro, rejoneador, no se desarrolló a la par de su tamaño en el proceso evolutivo y por tanto su capacidad estomacal comparada a su peso corporal y tamaño genera problemas digestivos por supuesto
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