Ya en el ocaso de mi vida recuerdo cuando
siendo pre-adolescente por denominarlo asi ya que estaría entre 12 y 13 años
observaba como entrenaba mi viejo sus ejemplares en el hipódromo Nacional de El
Paraíso.
Al mismo tiempo comparaba como lo hacían preparadores
que venían del sur.
En aquel entonces entrenadores con fama y nombres
conocidos por los hípicos de la época.
Por supuesto, habían propietarios que ponían en sus
manos excelentes puros de carrera, por no decír en términos o expresiones
hiperbólicas, le confiaban "aviones" para su entrenamiento.
Indudablemente ganaban muchas carreras.
*Y lógicamente adquirían fama de ser excelentes preparadores.*
*( en ningún momento cuestiono la profesionalidad de estos preparadores) *
Esto me llamaba la atención y le decía a mi papá en medio de mi falta de experiencia y conocimiento: que porqué el no mandaba a brisear sus pupilos como esas estrellas sureñas y aparecía en la prensa hípica señalando al ejemplar y preparador que había marcado tanto tiempo en tantos metros en la mañana de traqueos.
Otra cosa que me decía que no le gustaba el
entrenamiento en pelo, trote o galope porque no era bueno para los riñones.
Indudablemente,(como adolescente uno adolece de
conocimientos) y los va adquiriendo en la medida que crece y madura y
sobre todo cuando tiene un buen tutor, un buen profesor y mejor aún cuando éste
es su padre
NO ES CUENTO, ES HISTORIA (AA)
ReplyDelete[20/11 8:07 a. m.] LUIS KISSLINGER: Tu viejo entrenaba al estilo americano no el sureño. Al contrario uno de mis maestros Luis Gallegos decia q al ejemplar criollo no habia q darle tanto trabajo y menos en silla q mientras menos reloj corrian mejor. Con los importados todo lo contrario
ReplyDelete[20/11 8:43 a. m.] Roberto A. Martin M: Los caballos de mi viejo eran gringos, argentinos, chilenos e ingleses
[23/11 1:01 p. m.] Roberto A. Martin M: Leyendo de nuevo este escrito, menciono a Jesús Cruz.
ReplyDeleteRecuerdo que en una oportunidad, mi viejo le dió una monta al "negrito" Cruz ( así lo llamaban por cariño)
Él siempre renovaba anualmente su matrícula de jockey, aunque por supuesto nadie le daba montas a un traqueador de mas de 50 años de edad.
Esa monta era una yegua chilena de nombre Alma Mía.
Mi papá la veía sobrada en el lote y el galopador Cruz le decía al viejo:"está haciendo mucha fuerza,al salir es ganadora"
Así pues, Jesús Cruz (+) montó la yegua. Mi papá le dijo:"agárrate,partida y llegada"
Asi fué, partió adelante y así llego a la raya. De punta a punta.
Mi viejo nunca preparó criollos, los nacidos y criados en su haras los puso en manos de entrenadores como Sánchez Guaresma
ReplyDeleteRisueña, Coqueta II, Virrey y otros..