TITULO : MI PASION
HIPICA o MI PASION POR EL HIPISMO
AUTOR: ROBERTO AUGUSTO MARTIN
MONTILLA
Fecha de inicio: 12/02/2006
INTRODUCCION
En un foro hípico muy
conocido coordinado por una persona que en realidad siente el hipismo, ( y a
quien conociéndolo < no nos conocemos personalmente> solamente por
correos he podido deducir de que es un
señor ponderado, correcto y justo), denominado Anécdotas Hípicas Venezolanas me
llamó positivamente la atención una expresión de uno de los foristas o miembro
participante del mencionado foro hípico quien muy sabiamente decía : “ el
hipismo una pasión no un vicio “. Estoy completamente de acuerdo con eso, de
hecho en una oportunidad que escribía unos tips hípicos para una revista del
medio utilizaba muy a menudo dicha expresión. Es quizás, de allí que nace el
título de éste tan personal libro. Nunca he sido ni me he considerado un
escritor mas sin embargo la misma pasión de la que hablamos me ha inducido a
escribir este humilde relato de mi paso por la hípica en el transcurso de mis
años de vida que sé cuántos tengo pero no cuántos me quedan. Sólo el Creador lo
sabe.
Cuando se habla de
pasión hípica solo aquellos que la sentimos podemos entender de lo que
hablamos. Entiendo que no es fácil para aquellos que no la sienten poder
comprenderla. En realidad, yo a veces digo que nací hípico, que soy hípico por
ósmosis o que llevo el hipismo en la sangre, cualquiera de estas expresiones
cabría en mi caso ya que en verdad se cumplen esas condiciones. Mi padre era un
hípico completo ( propietario, entrenador , criador ) cuando yo nací. De hecho
recuerdo que él en tono de broma o guachafita como decíamos los caraqueños para
aquél entonces
( 50’s ) me decía que “yo tenía conciencia de
caballo “, en realidad poco faltó para que naciera en el Hipódromo de El
Paraíso ya que un día sábado de septiembre ( 4 ) de 1943 esperando mis padres
el inicio de las carreras tuvieron que salir de emergencia a la Policlínica
Caracas en la Parroquia de Santa Rosalía ya que se le habían presentado los
dolores de parto a mi madre. Nací en el transcurso de esa tarde.
Así pues, desde que
tengo uso de razón estoy imbuido en esa maravillosa actividad que abarca el
espectáculo más bello del mundo que es el mundo de las carreras de caballos. De
esa inocente etapa de mi vida me quedan gratos recuerdos de una hípica que se
llegó a denominar “ El Hipismo de Oro de Venezuela “. En verdad así fue, aquél
que no lo conoció no puede saber lo que es eso. Por eso estoy de acuerdo,
aunque nunca me ha gustado comparar épocas, cuando converso con hípicos
contemporáneos o mayores que yo (todavía
hay algunos) en que hay una diferencia abismal de aquel hipismo y ahora.
Prefiero no entrar en apreciaciones comparativas, por ahora. Recuerdo de
aquella época grandes figuras de nuestro hipismo, extranjeros incorporados e
integrados a nuestra patria y venezolanizados o nacionalizados o como les
decíamos en broma “reencauchados” y venezolanos nacidos en el país. Iré
mencionándolos sin orden cronológico ya que recordar con exactitud hechos de
hacen más de 50 años no es fácil. Así como recuerdo de niño que oía hablar de
Pedro Emilio Yumar como una de la grandes figuras entre los jockeys, y en
realidad no lo conocí, la mayoría de los que llegue a mencionar en éste recuento
hípico si tuve la oportunidad de conocerlos y todavía con muchos de ellos tengo
la oportunidad de conversar de vez en cuando: “ recordar es vivir “.
En realidad, mis recuerdos de vivencias hípicas se remontan a finales
de la década del 40 y principios del 50 del siglo pasado, a pesar de mi corta
edad para ese entonces. Hay cosas que no se olvidan y que se graban en la mente
del ser humano unas con más profundidad que otras o quizás hechos que nos
llamaron más la atención que otros ( esto se lo dejo a los sicólogos ). Época
que para aquellos que no la conocieron no es fácil describírsela por que la
matriz de opinión y el concepto que tienen de la hípica las nuevas generaciones
es muy diferente a aquello. Recuerdo a un jockey argentino a quien le decían “
el cochero Martucci “ por su estilo de montar quien hiciera una corta pasantía
en nuestro país ganando con un caballo nacido y criado en Argentina de mi padre
de nombre CLARIN II (Cruz Diablo en Belleza),
un alazán de más de 500 Kgs de peso, ganando una carrera en un fangal
indescriptible por más de 20 cuerpos de ventaja. Por cierto, éste caballo lo
llevó mi padre a la cría a su primer haras “ Haras Mi Tesoro”, en Los Teques y
posteriormente se instaló en San Antonio de los Altos con el nombre de Haras El
Picacho. Recuerdo que su primer hijo nació en éste haras y fue mi regalo de cumpleaños (MIS 15) cuando ya era un
yearling, ingresó al hipódromo de El Paraíso y fue registrado como Clarincito
(ClarinII en Alma Mía). Lamentablemente no pudo actuar en carreras públicas ya
que no hubo jockey que se atreviera a
montarlo dado su temperamento poco usual en los puros de carreras. Por cierto, su madre la yegua Alma Mía fue el
último triunfo del finado jockey puertorriqueño Jesús Cruz, quien para ese
entonces era traqueador en la cuadra de Roberto Martín y quien años
después falleciera en lamentable accidente atropellado por un autobús en las
cercanías del estacionamiento del
Hipódromo La Rinconada En aquél entonces
entre los pocos narradores hípicos que habían estaba Luis Delgado Campos con un estilo muy peculiar
de la época de narrar las carreras. Por cierto, no había escuchado ese estilo
narrativo más nunca hasta que en 1985 en Santo Domingo, RD, tuve la oportunidad
de escuchar a un narrador hípico dominicano con una forma de narrar muy
parecida. Tengo entendido que ese narrador era el Aly Khan de la República
Dominicana en ese entonces. Así como me permito relatar ésta anécdota muy
puntual por cierto, también hay hechos y recuerdos que uno mantiene en su memoria.
No creo que pueda olvidar, por ahora, ciertas anécdotas que todavía puedo
relatar y no esperar a que me alcance el alemán y no pueda después recordar. Es
el caso de la llegada a nuestro país de uno de los mejores jinetes que hemos
tenido en nuestros patios hípicos. Se trata de Balsamino Moreira, a quien mi
padre trajo de Chile contratado para correr exclusivamente sus ejemplares,
posteriormente lo dejó libre para montar caballos de otras cuadras, considerado
como uno de los mejores jockeys
que hemos tenido en nuestro
país. A finales del año 1953 me tocó en suerte bajar al viejo aeropuerto de
Maiquetía a recibir a Balsamino con el chofer
del negocio de mi padre de
apellido Méndez , conocido en dicho negocio “ Tipografía Caracas “ como “
plomito “ . Mi padre no podía bajar en
ese momento por razones de trabajo y me pidió para que yo lo recibiera y lo
instaláramos en su lugar de hospedaje ya destinado a su llegada. De allí que
hasta su fallecimiento Balsamino me decía “ Mi Patroncito”. En una entrevista que le hiciera a Moreira el
recordado y buen amigo periodista hípico J. R. Ball para
El Períodico (Diario de Aragua)
(02/02/1989) entre las tantas cosas que el entrevistado dijo, cito
textualmente: “Tuve suerte. Me contrató
todo un señor: Don Roberto Martín, a quien Dios lo tenga en su gloria. ¡ Esos
eran señores del turf ¡.” Ya decía anteriormente que no era fácil para
aquellos que no conocieron esa época y que están inmersos en la hípica actual
poder entender eso. Esa época, llamada “ El Hipismo de Oro “, realmente nos
catapulta hacia esa actividad en la cual se produce el espectáculo mas bello
del mundo como son las carreras de caballos
y convierte a Venezuela en un
país hípico por excelencia y con una afición sumamente fiel, estoica, aguantadora,
llevadera y que ha logrado mantener viva nuestra hípica actual a pesar de todas
las barbaridades que han cometido algunos de sus dirigentes especialmente en
los últimos ocho años. Conocimos a una de las grandes glorias venezolanas como
fue Don Perfecto Antonio Chapellín, “ El
Caballero de la Pista “. Uno de los jockeys más respetado y querido por sus
colegas y por aquellos que lo conocían, tanto en el entorno hípico como en su
entorno familiar . Época en la cual surgieron muchos nombres conocidos, algunos
ya no están con nosotros, otros todavía visitan las instalaciones del hipódromo
o de los hipódromos. Por casualidades de la vida aquél “ Caballero de la Pista “ con quien hice amistad siendo un niño en la
década del 50 del siglo pasado y con quien ya existían nexos familiares resultó ser posteriormente tío-abuelo de mi
actual esposa a quien conocí 30 años después. Siempre hablábamos de la “
Familia Hípica “, ahora es que lamentablemente de unos años para acá eso ha
empezado a desaparecer.
Cómo decía anteriormente, “ Recordar es Vivir “
y acotaba que mientras el alemán no me haya agarrado todavía, pues debo
utilizar esa memoria que todavía nos queda para seguir relatando aquellas cosas
que recordamos de nuestro llamado “ Hipismo de Oro “ Uno de los contrastes,
como decía no me gustan las comparaciones pero a veces hay que hacer
comentarios y relatar experiencias que terminan llevándonos a comparaciones
inevitablemente y por eso utilicé la palabra “ contrastes”, de la hípica
nuestra por ejemplo en el año 1953, considerada por los hípicos de la época y
muchos más como el año “ DORADO “ de nuestra hípica, de la cual en parte me
siento orgulloso de que mi papá formó parte de esa directiva presidida por el
Tte. Cnel. Roque Yoris. Una directiva que impulsó al Hipismo Nacional
incorporándolo a la hípica mundial entrando por la puerta grande. Un hipismo
que se venía acrecentado más y más desde su nacimiento en 1894 atravesando
obstáculos, con sus bemoles característicos de todo aquello que con amor y
pasión y ahinco y decisión se lleva a cabo. En aquella época se atendía con
honestidad, honradez y rectitud los lineamientos de atención a la asistencia
social que posteriormente seis años después sería letra principal en el
decreto-ley de la formación del INH “
beneficencia pública”. A título informativo puedo dar ésta cifra del año 1953 entregado
a la asistencia pública de la época con una jugada incipiente ya que había un
solo hipódromo nacional con una jugada no automatizada sino manualmente
rudimentaria pero manejada por SEÑORES. Resumen de lo mencionado:” APORTE DEL
HIPODROMO NACIONAL A LA ASISTENCIA SOCIAL: Temporada 1953: 10 % sobre monto sellado de “5 y 6” : Bs.
9.461.552,50……..Sobreprecio de boletas de “ 5 y 6 “ (Bs. 0’50 por cada boleta
sellada): Bs. 4.686.785,50 = Bs. 14.148.338,oo ” (
tomado del Libro de Oro del Hipismo Venezolano, año 1954, página 159). Considerando que hacen 53 años nuestra moneda
valía ( 1 US$ = Bs
3,35 ), que la jugada era una milésima parte de lo que se juega ahora, me pregunto
: ¿ pueden estas autoridades presentar informes de esa naturaleza?. Es
conveniente acotar que los directivos, < repito, SEÑORES> de dicho
Hipódromo Nacional eran nombrados a título ad-honorem y no percibían ni un
centavo por sus servicios. ¡ Qué
diferencia ¡ ¡¿ Verdad ¡?. En fin, por eso es que las comparaciones no dejan de
ser odiosas. “ La verdad duele más no ofende”. –Por cierto, le correspondió a
esa Junta Directiva adquirir los terrenos de la hacienda La Rinconada, lugar en
el cual se construiría el Hipódromo La Rinconada. Le pagaron a Enrique Lander
Alvarado dueño de dichas tierras la cantidad de unos veinte millones de
bolívares con fondos que habían sido aportados por los propietarios de la época
a través de retenciones en sus premios y aportes extras hechos por ellos
voluntariamente .¡ Qué época ¡ . Mientras estoy escribiendo este libro o
anecdotario sin orden me entero de la lamentable muerte de José Eduardo Mendoza, mejor conocido como “ Miralejos”, sin duda
alguna uno de los mejores narradores de carreras de caballos en Venezuela , por
supuesto ha habido muchos buenos, regulares y malos, pero “ Miralejos
“ pasará a la historia del
hipismo como uno de los mejores, aunque ya a estas alturas es historia, es
leyenda, es recuerdo, es uno de los grandes. Me recuerda en mi época de niño y
adolescente a los grandes narradores hípicos de la década de ese “ Hipismo de Oro “, Miralejos, Don Fulgencio
< Juan Fco. Rodríguez>, Mr. Chips< Eloy Pérez Alfonso>, ( con los dos primeros se iniciaba Aly Khan
en Caracas), anteriormente Luis Delgado Campos, Luis Plácido Pissarello y
otros. Con los años vendrían varios muy
buenos, de los cuales todavía una gran mayoría se encuentran activos
relativamente a pesar de los contratiempos y ataques de los cuales han sido
objeto por parte de las autoridades de turno. Muchos de ellos amigos, Héctor
Alonso, Omar Khayam, Alejo Caminos, Carlos Alberto Arteaga, Jóvito Torres,
Arquímedes Alemán, José Arturo Sulbarán, Jesús Sulbarán, Gustavo Ríos, Jesús
Rafael Campos , Blas Federico Jiménez, Andor Tarkany, en fin, tantos otros que
quizás no mencioné en este momento pero que tienen iguales méritos y
reconocimiento a los aquí mencionados.
Regresando al siglo pasado, por allá por la década de los 50, que no me canso
de calificarla como la época del “Hipismo de Oro” de Venezuela tuvimos hazañas
internacionales inolvidables y que inmortalizaron a protagonistas que formaban
parte de nuestro ámbito hípico y que estaban en el día a día, codo a codo,
tolete a tolete (como decía por ahí un
viejo ex-presidente de Venezuela) , ellos fueron El Chama
y Préndase, ejemplares de origen argentino pero corredores en nuestro
patio quienes nos dieron grandes satisfacciones a los hípicos venezolanos de la
época al protagonizar un interesante duelo en el Gran Premio Washington Internacional
de 1955 llegando primero y segundo con los jinetes Raúl Bustamante mejor
conocido como “Mano’e Tigre “ y Angel Gutiérrez
< El Colorao>, estrellas de la época. De esa época, siendo todavía
un adolescente, cultivé grandes amigos endosados por mi padre y quienes con el
transcurrir de los años sobrevivieron a mi viejo quien falleció en el año 1970
y siempre mantuvimos una estrecha amistad hasta que la mayoría de ellos nos
fueron dejando. Entre ellos debo recordar a Jesús Lander Guzmán, conocido como
“Chuchú”, Decano de médicos- veterinarios y quien me acompañara como
veterinario de cuadra de mis caballos en los ochenta cuando dichos ejemplares
me los entrenaba Andrés España Marín, otro de mis grandes amigos hípicos que
nos dijeron adiós. Por cierto, con los hijos de Chuchú siempre he
mantenido amistad sincera, Raúl Lander
Reverón, entrenador y veterinario compañero de clases en el Colegio San Ignacio
de Loyola, Tito Lander , excelente veterinario y gran amigo y por supuesto con
su hijo Jesús, criado bajo las patas de los equinos y con amplios conocimientos
y experiencia sobre los mismos a pesar de su juventud. De allí del Colegio San
Ignacio tuve grandes amigos, con algunos todavía mantenemos alguna que otra
comunicación, con otros se ha perdido la misma, sin embargo se mantiene esa amistad
perdurable de la niñez y la adolescencia. Entre ellos con Bernardo Briquet
Serizier, quien desde niño nos acompañaba a mi padre y a mí a las carreras de
caballos en El Paraíso. Estudiamos y nos graduamos juntos Mantuvimos una
estrecha y sincera amistad, compartimos responsabilidades gremiales,
gerenciales, y de índole hípica en todos sus aspectos mientras él era
Presidente del Jockey Club de Venezuela
< en varias oportunidades > yo lo era de Coproca < también más de una vez > nos tocó
trabajar y luchar por logros y reivindicaciones propietariales. Igualmente
fuímos Miembros del Directorio del INH en la misma Junta y nos correspondió
luchar y trabajar por una mejor hípica en nuestro país. Siempre en un ambiente
de cordialidad y respeto, manteniendo una verdadera y sincera amistad, la cual
continuó hasta sus últimos días.- Rafael
Guerra “ Guerrita”, el sempiterno handicapper, inigualable, incomparable, sabía
hacer su trabajo, también nos dejó hace un tiempo. Rodolfo Pereira Chapellín “
El Pibe”, quien además de formar parte
de mi entorno familiar fuera uno de mis grandes amigos hípicos, primo de
Perfecto Antonio Chapellín, otro de mis grandes amigos hípicos que nos dejara,
también perteneciente a mi entorno familiar. Recuerdo a Luis Morales Balestrazzi,
conocido como “ Lengua Amarrada “, quien fuera nuestro amigo hasta sus últimos
días. Luis hizo pasantía en la cuadra de mi padre en El Paraíso a comienzos de
la década del 50. Mi viejo le entregó una yegua inglesa de nombre Polka para
que se fogueara con ella como preparador de puros de carreras, con ella ganó
una carrerita, al mismo tiempo él nos entrenaba en natación a mi hermano Julián
Roberto y a mí en el Club Casablanca, en Maripérez, lugar que ocupa ahora la
Hermandad Gallega. Igual amistad tuvimos con Enio López, fuimos vecinos en El
Paraíso por muchos años. Trabajamos juntos en diferentes etapas en los
hipódromos nacionales, siempre con un Norte: lo mejor para nuestro Hipismo..
Mantuvimos una sincera amistad y prolífica amistad hasta su reciente fallecimiento.
Decían en los pasillos y corredores hípicos que Enio había sido una víctima más
de las autoridades de turno del INH. De esa época y hasta ahora hemos mantenido
amistad con Jorge Coll Núñez, extraordinario director del Stud Book de Venezuela,
baluarte en el mejoramiento y estabilización del mismo, así como con el Dr.
Rafael Rodríguez Navarro, Presidente del INH en dos oportunidades, ambos siguen
con nosotros afortunadamente y Dios quiera que les dé una larga vida.
(Nota: para esta fecha que escribo este inicio de este libro todavia vivian algunos de los amigos mencionados...Aclaratoria hecha hoy 02/03/2018)
http://www.anecdotashipicas.net/Personalidades/RobertoAugustoMartin.htm
http://www.anecdotashipicas.net/Personalidades/RobertoMartin.htm
(Nota: para esta fecha que escribo este inicio de este libro todavia vivian algunos de los amigos mencionados...Aclaratoria hecha hoy 02/03/2018)
http://www.anecdotashipicas.net/Personalidades/RobertoAugustoMartin.htm
http://www.anecdotashipicas.net/Personalidades/RobertoMartin.htm